Todas y cada una de las mujeres llevamos por lo menos a una de las diosas dentro nuestro, también de acuerdo con nuestra experiencia y evolución vamos cambiando de una a otra. Tener en cuenta que diosa somos, nos permite ser más nosotras mismas.
Para activar a nuestra diosa interior, sólo hace falta tomar conciencia de sus poderes para comenzar a cultivarlos. Una vez que la hemos identificado, podemos comenzar a honrarla y aceptarla por lo que verdaderamente es.Cada una de estas diosas tiene una influencia determinada en nuestros patrones de comportamiento. Los arquetipos son características del comportamiento y la personalidad, ellos conducen nuestras creencias, nuestros valores y a veces también la forma en la que sentimos.
Como en todo, cada diosa tiene sus dones, pero también tiene sus debilidades, aprender de esto, nos brinda la posibilidad de expandir lo positivo a través del trabajo interior, y concienciar lo negativo, no para rechazarlo si no para transformarlo.
ARTEMISA Diosa de la caza y de la luna. Hermana competidora. Feminista. Independiente, autónoma, perseverante, justiciera, compasiva, valerosa, aventurera, amante de la naturaleza y el deporte. Las amigas son como hermanas para ella.No la intimida la oposición y el éxito es consecuencia de la persecución de su ideal.Siempre está en movimiento físico o mental, buscando terrenos por explorar y causas con las que identificarse.
Se la puede invocar la fuerza de este arquetipo cuando no queremos perder de vista un objetivo lejano o cuando es necesario un espíritu que no se doblegue frente a la competencia.
ATENEA Diosa de la sabiduría y de la artesanía. Hija del padre estratega.
Estratega, perspicaz, inteligente, de pensamiento práctico, diplomática habilidosa, racional, planificadora, clara, cumplidora, responsable. No suele tener amigas cercanas, ni se siente hermanada con las mujeres por pertenecer al mismo sexo. Es eficiente en todo lo que hace y le gustan las profesiones tradicionalmente masculinas. A pesar de demostrar poco el afecto, sigue unida a la familia aunque su cualidad de diosa virgen completa en sí misma le permite seguir activa y vivaz, aún en soledad.
Es bueno invocar la presencia de este arquetipo cuando necesitamos pensar con claridad o competir con un hombre en igualdad de condiciones.
HESTIA Diosa del hogar y de los templos. Tía soltera, mujer sabia.
Solitaria por elección, espiritual, introspectiva, ordenada, hogareña, calma, compasiva, perfil bajo. Tiene pocas amigas pero buenas. Carece de ambición y de impulso para las carreras competitivas y se destaca en profesiones que requieren calma y paciencia. La pérdida de los roles de esposa o alejamiento de los hijos, no la desestabiliza porque sigue conectada con su paz interior y nunca se lamenta por su vida.
Es bueno invocar a esta diosa, arquetipo del sentido de integridad y de totalidad, cuando queremos relacionarnos con nuestra parte interna tranquila y centrarnos en nosotras mismas sin que los sentidos nos confundan.
HERA Diosa del matrimonio. Esposa creadora de compromisos.
Fiel, comprometida, estable, sociable tiene sentido del humor.
No suele tener ninguna “amiga del alma”. Es eficiente y puede ser buena en lo que se dedique, aunque su profesión siempre estará supeditada al hombre con que se case. Puede aprender a reciclarse.
Debemos invocar a esta Diosa cuando nos encontramos en situaciones que demandan una actitud de compromiso y fidelidad, debemos invocarla por su capacidad de vincularse, ser leal y soportar las adversidades.
DEMETER Diosa de las cosechas. Madre nutridora.
Conviene invocar la presencia de esta diosa cuando necesitamos aprender a ser pacientes y generosas, también cuando queremos ser buenas madres. Generosa, nutridora, paciente, perseverante, maternal, sólida, directa, altruista, leal, cálida, auxiliadora, femenina. Tiene muchas amigas. Son buenas en las tareas tradicionalmente femeninas como la enseñanza o el trabajo social.
Cuando los hijos crecen es cuando retoma todo lo personal. Nunca están solas porque son personas queridas por su sabiduría y generosidad.
Tiene que abandonar sus intentos de ser indispensable y ser capaz de elegir cuándo, cómo y a quién dar.
PERSÉFONE Diosa del mundo subterráneo. Hija de la madre. Mujer receptiva. La eterna adolescente. Obediente, complaciente, prudente, receptiva, silenciosa, recatada, soñadora, intuitiva, juvenil, vital, flexible. Se relaciona muy bien con todas las mujeres, tanto con las jóvenes como con las mayores que le corresponden maternalmente. Cambia a menudo de trabajo y sólo acepta los que no demandan iniciativa o capacidades de supervisión. Si no pudo trascender su aspecto adolescente, se deprime al comprobar cómo el paso del tiempo deja sus huellas. Si evolucionó, se convierte en una anciana sabia sin temor a envejecer.
Cuando las circunstancias nos piden permanecer abiertas y receptivas podemos invocar la presencia de esta diosa.
AFRODITA. La hedonista. La amante. Diosa del amor y la belleza. La diosa alquímica. Creativa, sensual, carismática, cálida, seductora, coqueta, alegre, espontánea. Tiene muchas amigas que disfrutan de su espontaneidad a pesar de su faceta informal. Odia la rutina y se desempeña eficazmente en las actividades artísticas y pedagógicas. Sin interés por lo que hace es más importante que el dinero que logre por hacerlo. Sigue siendo joven de corazón y tiene amistades de todas las edades. Mantiene intacta su capacidad de deslumbrarse por la belleza que encuentra en las cosas y en la gente.
Podemos invocar la presencia de esta diosa cuando queremos amar y disfrutar de nuestro cuerpo.
